Verdades y falsedades
Fact-checking
Algunas respuestas objetivas a la información que ha circulado
A finales de 2020, la ciudad de Yverdon-les-Bains presentó al cantón su proyecto de ordenación territorial de la plaza de Armas, que incluía un aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas, para su revisión previa. Las autoridades cantonales respondieron en junio de 2021. Su conclusión es que el proyecto incumple la normativa en varios ámbitos: carga de tráfico, aparcamiento, evaluación del impacto ambiental y ruido, además de otros elementos que deben adaptarse. Estos incumplimientos afectan a elementos fundamentales del proyecto. No es posible responder a ellos con pequeños ajustes. A raíz de esta reacción, el Ayuntamiento, todavía dirigido por el Sr. Carrard, antiguo síndico, encargó un estudio de las dimensiones de los requisitos de aparcamiento. Utilizando las normas VSS que se aplican en toda Suiza, este análisis dio como resultado una necesidad estimada de entre 430 y 730 plazas. Estas normas deben respetarse para que cualquier nuevo proyecto tenga alguna posibilidad de éxito. El contraproyecto prevé el tamaño máximo que cumple estas normas (730 plazas + 70 plazas P+R).
En ningún caso. Si se acepta la iniciativa, el municipio tendrá que elaborar un nuevo plan de ordenación del territorio, que deberá presentar a las autoridades cantonales para su autorización. Si este plan urbanístico prevé un aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas, será rechazado, por las mismas razones que se explican en la notificación cantonal negativa de 2021. Si una versión reducida del plan urbanístico supera esta fase, es probable que encuentre objeciones e impugnaciones legales. Al final de este proceso, el Ayuntamiento tendría que llevar a cabo el procedimiento de autorización de la construcción propiamente dicha, de nuevo con la posibilidad de objeciones y recursos.
Con sus exigencias poco realistas, la iniciativa aplaza aún más cualquier aplicación concreta de un proyecto de reurbanización de la Plaza de Armas.
No, por varias razones:
– El texto de la iniciativa dice explícitamente: «La iniciativa solicita que se construya lo antes posible un aparcamiento subterráneo del orden de 1.000 plazas , que integre los aparcamientos de superficie del centro urbano y el Park + Rail de la estación […]»
– Las normas VSS, aplicadas al perímetro del «centro urbano», estiman una necesidad de aparcamiento de entre 430 y 730 plazas (excluyendo el Park & Ride). Estas normas están consagradas por ley y deben cumplirse para que el procedimiento de autorización del proyecto tenga alguna posibilidad de éxito. En este contexto, un aparcamiento subterráneo de 1.000 plazas es, en cualquier caso, poco realista. La variante «realista» que más se aproxima a la demanda de la iniciativa es un aparcamiento subterráneo de 800 plazas, con todas las plazas de superficie suprimidas, conforme a las normas VSS (730 plazas + 70 plazas P+R).
– Además, la empresa privada propietaria del aparcamiento subterráneo tendrá todo el interés en ejercer presión para reducir las posibilidades de aparcamiento fuera de su infraestructura.
Si se construye un gran aparcamiento subterráneo, está claro que habrá que talar todos los árboles del perímetro. En segundo lugar, debido a la poca profundidad y resistencia del suelo sobre la losa del aparcamiento, no será posible plantar árboles grandes allí. Por tanto, es más probable que la iniciativa cree una auténtica isla de calor, mientras que los árboles existentes deberían conservarse y plantarse otros nuevos. Más información
El proyecto de 1.000 plazas se basa en la privatización total del aparcamiento en el centro de la ciudad. Según el proyecto de 2018, rechazado por las autoridades cantonales, la ciudad cedería gratuitamente la superficie de la plaza de Armas a una empresa privada, que construiría ella misma el aparcamiento subterráneo y recaudaría los beneficios. La empresa financiaría inicialmente la mayor parte de las obras, por un importe de 60 millones de francos suizos, y luego recaudaría anualmente los ingresos del aparcamiento, estimados en unos 2 millones de francos suizos al año (en lugar de recaudarlos la ciudad como hasta ahora). Peor aún, en el contrato, la Ciudad garantiza al grupo privado un volumen de negocio durante 10 años, y se compromete a pagar hasta 150.000 CHF al año si no se alcanza esta cifra.
Durante los 70 años que el aparcamiento ha estado disponible gratuitamente, el grupo privado obtendría un mínimo de casi 140 millones de CHF, en detrimento de la Ciudad. En definitiva, los costes para la ciudad son mucho más elevados con esta privatización que con la construcción pública. Y ello a costa de los contribuyentes y los usuarios de los aparcamientos. Por tanto, es muy engañoso afirmar que el proyecto ya está financiado.